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Jocelyn-Holt - Carta al director

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Carta al Director enviada el 28 de diciembre de 2015 al diario La Tercera en respuesta a la columna de opinión"El rostro de Cristo", del historiador Alfredo Jocelyn-Holt, el día 26 anterior.

Señor director:

En su edición del 26 de diciembre, el historiador Alfredo Jocelyn-Holt arremete contra la reconstrucción del aspecto físico que habrían tenido los habitantes de Palestina en el primer siglo de la era común, en lo que considera una inaceptable intromisión de la ciencia en el terreno de “lo sacro”. No aclara por qué un rostro semítico ancho, de piel morena y oscuros cabellos hirsutos puede ser ofensivo para el creyente acostumbrado a ver al Jesús típicamente caucásico de la iconografía popular. Sugerir que un fenotipo “menos alto, nada sublime” sea epítome de “anticristo terrenal” mal esconde un racismo igualado solo por su desprecio de las ciencias. La “arrogancia iconoclasta del que pretende cuestionarlo todo” es justamente el motor del conocimiento y progreso humanos. Toda idea merece ser siempre cuestionada: las que son ciertas aumentarán el brillo de su veracidad confirmada; son las ideas falsas o sin fundamentos las que requieren de guardias intelectuales que las mantengan al abrigo del escrutinio. Al asumir que la creencia religiosa no puede tolerar el avance del conocimiento agravia por partida triple a semitas, creyentes y científicos. Curioso historiador que encuentra ofensiva la diferencia entre los hechos (la apariencia de la población de aquella época y lugar) y los símbolos y estereotipos que se utilicen para representarlos.

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Daniel Sellés
Vicepresidente, Asociación Escéptica de Chile (AECH)
(PDF)

Esta fue publicada hoy, 30 de diciembre de 2015, en La Tercera, bajo el título de "El rostro de Cristo".

El texto del historiador Alfredo Jocelyn-Holt originalmente publicado fue:

Entre los muchos cargos que se le pueden hacer al cristianismo, sus iglesias y sectas, hay dos que claramente no valen: que su Dios no sería también humano y que su mensaje o sentido no sería de y para todos los tiempos, por tanto que no tendría vigencia hoy en día. No hay que ser creyente cristiano (no lo soy) para apreciar el tremendo legado humanístico de esta creencia y su todavía formidable peso. La nuestra sigue siendo una cultura cristiana, aun incluso cuando, secularizantes, nos planteemos a contracorriente de una tradición que lleva, no por nada, dos mil años.

Por eso no dejan de choquear los intentos de falsear, vía supuesta “evidencia histórica”, lo que exige criterios más finos de apreciación. Dar a entender, por ejemplo, que nuestras imágenes de Cristo no serían fieles a lo que él debió haber sido en carne y hueso porque ahora dispondríamos de técnicas arqueológico-científicas que permitirían reconstituir su verdadero rostro y figura. A juzgar por experimentos forenses llevados a cabo en la Universidad de Manchester (UK), se ha estado venerando una figura falsa que no correspondería al fenotipo semita de la época ofreciéndose como alternativa, no sólo alguien irreconocible, sino una suerte de “anti-Cristo” terrenal (menos alto, nada sublime), común y corriente si no plebeyo (cero imponente, majestuoso o excepcional), afín a un espécimen antropológico no occidental que es lo que típicamente aparece en programas de NatGeo y el History Channel del cable que se las da de “historia” para todo espectador.

El mismo escepticismo que lo lleva a uno a desconfiar de excesos delirantes de fieles religiosos hace recomendable no creerse chivas de este otro orden. Entre tanto beato, los hay también seudo-cientificistas, de delantal blanco y laboratorio (“grito y plata”, i.e. fondos concursables, esto del delantal blanco, dicen). El positivismo decimonónico solía incurrir en similares estupideces. Cuentan que los examinadores del Instituto Nacional (uno que otro odioso como Diego Barros Arana) obligaban a estudiantes de colegios de Iglesia que explicaran la transustanciación en términos químicos. Hay que ser un también digno hijo de su mamá para poner en duda imágenes inspiradas de eximios pintores (e.g. Miguel Ángel, Leonardo, Tiziano, Bellini, Mantegna, El Greco, Rembrandt, ni qué decir Durero quien, en el colmo de la vanidad, ofreció su propio rostro como retrato del “Ecce homo”). Obviamente, lo de ellos no era una fábula, sí, un ideal enaltecedor, da lo mismo si exacto.

Lo que choquea de la U. de Manchester es la arrogancia iconoclasta del que pretende cuestionarlo todo, incluso lo sacro o imaginativo, porque lo de ellos sería la verdad probada. Si en algo vale el cristianismo es que nos hace representarnos al hombre como imagen de algo más que hombre y la idea de que para acceder a ello hay que ser gente de bien, de buena disposición, en fin, hombres de buena voluntad y de buena fe. Esto, en el mundo hoy, es igual de escaso que la sensatez y la moderación.

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Alfredo Jocelyn-Holt
Historiador
(PDF)

Actualización: Ésta fue su réplica el 31 de diciembre de 2015 en la página 8 de La Tercera:

Señor director: En su diatriba, Daniel Sellés Mathieu me acusa de racista, de desprecio para con la ciencia, de guardia intelectual de falsedades, y no saber diferenciar hechos de símbolos. Y todo porque cuestioné una investigación chabacana que pone en duda imágenes basadas en iconografías de Cristo de eximios pintores de Occidente, a fin de ofrecer a modo de spoiler una versión-reemplazo que recuerda más a un Cro-Magnon antropológico que a Cristo. En ningún momento sostuve que fuese ofensivo que Cristo no haya sido “caucásico” o “de piel morena” y “oscuros cabellos hirsutos” (calificativos de Sellés, no míos). Rembrandt usó como modelos a judíos de la Ámsterdam de su tiempo para ilustrar pasajes bíblicos, cuyas fisonomías no coinciden con el prototipo semita “reconstruido” por la U. de Manchester. ¿Es que Rembrandt en sus pinturas y grabados, amén de errado, sería “racista” porque sus personajes, entre ellos Cristo, aparecen imponentes, espirituales, “no de este mundo”, tampoco especímenes arqueológicos auténticos? Lo que resulta verdaderamente chocante es que: (1) se tenga a cierta ciencia mediática muy de hoy, por sacrosanta, cuando lo que consagra no es más que una hipótesis entre muchas; (2) que se enristre armas en defensa de un positivismo trasnochado incapaz de apreciar lógicas, modos de pensar e imaginar “hechos”, “figuras”, no conmensurables científicamente; (3) que en aras de cuestionar imágenes religiosas y artísticas apenas se camufle cierta ira iconoclasta, más talibán que de gente tolerante, para con representaciones que nunca han pretendido ser exactas (ni siquiera la fotografía lo es); y, (4) que no se sepa leer: la columna versaba sobre la falta de buena fe y buena voluntad.

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Alfredo Jocelyn-Holt
(PDF)

Potestad de vacunación ─ Carta al Director

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Coqueluche
Consternación ha causado el reciente caso de un niño de 4 meses, en la localidad sureña de Osorno, quien padeció un grave cuadro de tos ferina (también conocida como pertussis, tos convulsiva o coqueluche) no prevenido, debido a la negativa de sus padres a vacunarle, significándole al lactante varios días de internación en urgencias. Se trata del mismo caso de quienes, al nacer, también se opusieron a que fuese vacunado contra la tuberculosis.

Al respecto, difundimos la siguiente carta al director, la que fue recogida por algunos medios de circulación nacional:

Potestad de vacunación

Sr. Director:

Hoy, todos los humanos disponemos de derechos universales que nos amparan por el mero hecho de ser humanos. Para los niños, además, disponemos de resguardos especiales en su favor, dada su vulnerabilidad comparativa. Los padres tienen la intransmisible, irrenunciable e imprescriptible patria potestad sobre sus hijos, función tutelar a favor de los pequeños, cuyo interés reconocemos superior. Ante ello, resulta inaceptable que ciertos padres consideren a sus hijos como una propiedad privada, homóloga a su mobiliario residencial, sobre los cuales disponer a su antojo, en especial respecto de su derecho a la salud. Tras el dramático padecimiento de tos ferina por parte de un niño osornino inocente no vacunado por sus padres anti-vacunas, enhorabuena la justicia hizo primar el derecho superior del niño a la salud al mandatar su vacunación, procedimiento médico seguro y efectivo; decisión, ésta, que acercó compasivamente la ilustración y el progreso científico a un menor víctima, por una parte, de una inversión de prioridades de sus desinformados padres como, en el fondo, de la creciente prevalencia de un oscurantismo anticientífico que campea al alero de la crisis de la calidad de la educación en nuestro país. El perentorio rescate de ésta no es sólo una cuestión de desarrollo económico, sino que cultural; cultura en la que nunca más deba volver a hacer falta rescatar a los más desvalidos de quienes tenían la obligación de brindarles el debido cuidado.

Atte.,

Luis León Cárdenas Graide

Entrevistada, la madre recurrió a un clásico lugar común falso: “¿quién mejor que los padres sabe lo que es bueno para su hijo?”. ¿Sus temores? Los infundados daños que el timerosal podría provocarle a su hijo. Según su criterio, prefirieron arriesgarse a esto:

Tos ferina ─ Cuadro clínico

Desde la exposición al microorganismo hasta el desarrollo de los síntomas (período de incubación) transcurren en promedio de siete a diez días, pero pueden pasar entre cuatro y veintiuno y, en raras ocasiones, ese lapso llega a prolongarse hasta cuarenta y dos días. Después de ese período en general hay síntomas respiratorios poco importantes, como tos leve, estornudos o secreción nasal. Esa fase inicial se conoce como la etapa catarral y el cuadro clínico se asemeja al de un resfriado común. Se observan estornudos, enrojecimiento de los ojos y fiebre leve. Después de una o dos semanas de evolución de la tos clásicamente aparecen accesos incontrolables, cada uno con cinco a diez crisis de tos violenta, espasmódica y sin interrupción que suelen terminar con una inspiración también violenta y prolongada acompañada de un silbido o estridor inspiratorio característico, un sonido similar a un jadeo producido por el cierre parcial de la glotis en los niños más pequeños o un sonido jadeante en niños mayores, dado que el paciente lucha por respirar (etapa paroxística). Los portadores pueden transmitir la tos ferina desde la aparición de los síntomas hasta tres semanas después del inicio de los episodios de tos. El período de contagio se reduce a cinco días después del comienzo de la terapia con antibióticos.

La aparición de la tos característica revela el inicio de la segunda etapa (paroxística). Las crisis, que se suceden a intervalos regulares, a veces se repiten rápidamente y otras veces son separadas por intervalos de varias horas. Por lo general se produce un vómito inmediatamente después de la crisis. La última etapa, la de convalecencia, dura de uno a tres meses y se caracteriza por una resolución gradual de los episodios de tos.

Los síntomas clásicos de la tos ferina son tos (paroxística), estridor inspiratorio y síncope o vómitos después de toser. Se ha documentado que la tos causada por B. pertussis provoca hemorragia subconjuntival, fracturas costales, incontinencia urinaria, hernias, síncope después de un acceso y la disección de la arteria vertebral. La tos violenta puede causar la ruptura de la pleura con el consiguiente neumotórax. Si después de un acceso de tos hay vómitos o estridor inspiratorio la probabilidad de que la enfermedad sea tos ferina es casi del doble. Por otro lado, la ausencia de tos paroxística o de emesis posterior a la crisis de tos reduce las probabilidades casi a la mitad.

Las crisis de tos, que pueden ocurrir solas o ser provocadas por un bostezo, un estiramiento o los actos de reír, comer o gritar, por lo general se presentan en grupos, con múltiples episodios cada hora durante todo el día. Esta etapa suele durar de dos a ocho semanas, o a veces más. A continuación se produce una transición gradual a la fase de convalecencia, que por lo común dura de una a dos semanas. Lo característico de esta etapa es que disminuyan los paroxismos de tos, tanto en frecuencia como en gravedad, y desaparezcan los vómitos. La tendencia al estridor inspiratorio después de toser puede seguir presente por un período considerable una vez curada la enfermedad.

¿Hasta qué punto los padres saben qué es lo mejor para sus hijos? ¿Qué se necesita para poder afirmar ello con propiedad?

Casi al mismo tiempo, en Canadá, otro par de padres de similar sapiencia dejaron morir de meningitis a Ezekiel, su hijo de 18 meses, tras semanas con fiebre, mientras creían que le estaban curando con: extracto de hojas de olivo, proteína de leche, agua con miel de maple y jugo de fresas; además de sirope mezclado con agua; zumo de frutas y un brebaje compuesto de ajo, jengibre y vinagre de sidra de manzana. Ellos también creían saber qué era lo mejor para su hijo, asumiendo conocimiento de causa en un área del conocimiento de la que ni siquiera contaban con cultura general.

En ambos casos, observamos las macabras consecuencias del Efecto Dunning-Kruger en acción. Afortunadamente tiene solución: educación.

Publicaciones de la carta
«Padres antivacunas», Las Últimas Noticias, 11 de marzo de 2016, pág. 64.

  • «Vacunas», La Segunda, 11 de marzo de 2016, pág. 16.
«Vacunas», La Segunda, 11 de marzo de 2016, pág. 16.

En las noticias

Artículos AECH relacionados

En la web

Epidemia del VIH, ¿educa sexualmente la Iglesia?

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Artículo publicado originalmente en El Soberano (22/02/2016)

¿Es el SIDA es un castigo ejemplar para una conducta sexual incorrecta? Esto opinaba Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910─1997), más conocida como “Madre Teresa de Calcuta”, en una entrevista [1]:
«Russ Barber: ─ Hay una epidemia mundial de algo llamado SIDA, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, que es una enfermedad asociada en general a la comunidad homosexual. Algunos líderes religiosos han sugerido que el SIDA es una enfermedad enviada por Dios para castigar un estilo de vida pecaminoso, ¿está de acuerdo?

Madre Teresa: ─ Es la primera vez que oigo de esto. No lo conocía, pero...

RB: ─ Bueno, déjeme reformular la pregunta, entonces. ¿Es concebible que Dios pudiera crear una enfermedad para un estilo de vida?

MT: ─ Sí, Dios podría permitirlo. Dios no lo haría, pero lo dejaría suceder, como las inundaciones en el Antiguo Testamento, realmente. Es para abrir los ojos de la gente y, muy a menudo, con sufrimientos como éste, la gente se da cuenta de que no está bien lo que están haciendo y eso les lleva a pedir perdón a Dios y al prójimo
¿Debemos suponer que también aquellos bebés que lo adquieren de su madre al nacer, o aquellos que lo adquieren desde su pareja estable o tras una violación o por una transfusión de sangre contaminada, deben arrepentirse de sus actos y luego incluso pedirle perdón al dios que creó tal enfermedad? Por supuesto, probablemente en el momento de su declaración, la Madre Teresa sólo comprendía esta enfermedad como una exclusiva de homosexuales, pero ¿es ético plantearla como un castigo a la conducta homosexual, o como un castigo para cualquier tipo de conducta? ¿Peor aún, si ésta no se elige voluntariamente? Un dios omnipotente que no impide una enfermedad como el SIDA, difícilmente puede ser considerado benevolente. En lo que a benevolencia respecta, estaría “pecando por omisión”, algo éticamente condenable incluso para estándares humanos, salvo que se conciba una deidad sádica, ante la que el sufrimiento superlativo nos santifica por acercarnos a la Pasión de Cristo, cosa en la que ella sí creía abiertamente en forma compatible con su catolicismo. Así decía:
«─ Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo. El mundo gana con su sufrimiento.»
─ Conferencia de prensa, 1981.
Citada en “El Hambre”, del periodista, historiador y escritor Martín Caparrós (editorial Anagrama, 2015)

¿Es la única que piensa así?

Como beata de la Iglesia Católica desde 2003 gracias a Juan Pablo II, ella goza con la venia jerárquica para ser venerada públicamente. No es raro que eminentes clérigos, teólogos y autoridades seculares la refieran como ejemplo de fe, moral y bondad.

En Chile, la epidemia del VIH sigue creciendo fuera de control [2]. De 1989 a 2013, los infectados aumentaron en un 786%, aumentando un 72% desde 2004, concentrándose hoy un 45% en el tramo etáreo de los 20─29 años, con un 104% de incremento desde 2004. En menores de 15─19 años, aumentó un 74% y sólo el 50% reporta haber usado condón en su primera relación sexual. La causa es clara: educación. Entrevistado, David Palma, Coordinador de Ciencias y Educación de la Fundación Iguales, dijo que:
«[...] el primer elemento que explica el incremento es la “ineficiente y dispar” educación sexual entregada en los sistemas escolares. “Al no generarse políticas transversales de promoción de sexualidad responsable, especialmente en los colegios, ni discutirse los temas de sexualidad desde la infancia, no se ataca el problema de la falta de una cultura de autocuidado desde las primeras etapas de la adolescencia”.»
La educación era justamente lo que se pretendía abordar mediante las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad (“JOCAS”) [3]. En 1996, el escándalo moral no se hizo esperar en el clero católico conservador post-dictatorial, cuando el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile emitió su declaración “Acerca de la educación sexual” [4], firmada por el entonces cardenal Carlos Oviedo Cavada y cía., incluyendo a un actual involucrado en el caso Karadima. Pareciera ser que no se oponen per se a la entrega de información efectiva (“técnica”) respecto de la sexualidad y, en particular, sobre la prevención del contagio por VIH, sino a que ésta se exponga “deshumanizada”. Pero, aparte de atribuirle gratuitamente a las JOCAS un defecto bastante controvertible, quedan varias dudas respecto de los supuestos implícitos en su declaración: ¿qué entienden por “sexualidad humanizada”? y ¿hasta qué punto lo consiguen sus programas y textos católicos? Dan luces de qué entienden por ello:
«Educar sexualmente es educar una persona, para que pueda expresar su vinculación de amor con el otro sexo y llegar a formar una pareja estable en el matrimonio y prolongarse en una familia sana y equilibrada
Es decir, promueven la tradicional postura católica de restringir el sexo a su variante heterosexual dentro del matrimonio y con fines reproductivos. ¿A qué “equilibrio” se refieren?
«Reducir la educación sexual a un momento de pura información técnica, es limitarla al buen o mal uso de los órganos genitales; centrarla en una libertad individualista sin capacidad de compromiso, y en un hedonismo que preside la vida, empobreciendo así la dignidad humana
Con ello, le imputan falsamente a las JOCAS el enfoque exclusivo en la “información técnica”, tropezando, además, con el error de categoría de confundir el conocer los procesos físicos y biológicos asociados a la reproducción y sexualidad con la evaluación ética de tales actos, más su discutible expectativa respecto de las consecuencias. ¿Qué dignificación conciben?
«No se puede entregar una materia, que afecta la vida y futuro de las personas, a profesionales que no han sido preparados para un rol educativo».
Si bien es atendible, incluso por motivos meramente pedagógicos, que la “información técnica” en materia de sexualidad sea expuesta en forma más sofisticada que un mero dossier, cabe indagar sobre qué entienden por “profesionales preparados”. ¿En base a qué criterio común discernimos quién está preparado para tal tarea? ¿Se juzga en base a su habilidad pedagógica o en base a la concordancia de lo enseñado con el catecismo católico? ¿Hasta qué punto un sacerdote católico es considerable como idóneo, en circunstancias de que deba permanecer fiel a su magisterio? Aparte, ¿qué ocurre respecto de su propia educación sexual? ¿Qué rol juega la concepción pecaminosa de la sexualidad y su consiguiente represión por la vía de un celibato sublimado religiosamente? ¿Es irrelevante el desdén clerical hacia la mujer?

No deja de resultar por lo menos extraño y descabellado el que personas que voluntariamente dicen privarse de la actividad sexual y de una vida en pareja, pretendan dar lecciones sobre sexualidad humana. Esto, sin siquiera mencionar las lamentables y dañinas perversiones sexuales de tantos clérigos que han sido demostradas en las últimas décadas, más el encubrimiento sistemático por parte de su institución y algunos de sus cercanos.
«Sin su contexto educativo, tal información técnica no puede sino caer en aberraciones que todos lamentamos».
Éste es un clásico temor cristiano. Con esto exponen que, en el fondo, el paradigma que les subyace es el de que el conocimiento sobre cómo pecar ─bajo su concepción de ello─ necesariamente lleva a pecar; por tanto, más les vale prescindir del conocimiento antes que adquirirlo so riesgo de pecar. ¡Bendita les resulta no sólo la ignorancia, sino que exaltada la manipulable ingenuidad! Dejan al libre arbitrio católico presidido por el paternalismo moral de quien teme desvío del canon ante la posibilidad de una decisión informada. ¿A quién beneficia tal situación? ¿En qué pie dejan la posibilidad de ejercer la “recta razón” si no es restricta al contexto de la doctrina?

A la hora de la evidencia, desaprovechando la oportunidad de abordar seriamente el tema, poco se dignan en referirla explícitamente, salvo vaguedades tales como «investigaciones realizadas en Chile, con la más rigurosa metodología» o «es por todos conocido que».

Para fastidio de las pretensiones liberales de ciertas facciones dentro del catolicismo, esta postura no es un mero arrebato del conservadurismo católico, sino que es simplemente parte de la doctrina católica, la cual es conservadora aunque eviten verlo. De algún modo, los liberales católicos mantienen un doblepensamiento al insistir en ajustar su horma ideológica para calzarse un zapato chino conservador del que más les valdría apostatar. Desafortunadamente, tal honestidad intelectual y contabilidad lógica atentaría contra su propia autodenominación de origen, so pena de Infierno. En la indecisión, finalmente, su militancia le resulta funcional a la estructura autoritaria y conservadora de la doctrina con la que creen discrepar. En “La enseñanza de la iglesia católica sobre la educación sexual según familiaris consortio, 37” [5], el maniqueísmo es flagrante:
«Para las organizaciones antivida, enseñar educación sexual significa darle a la juventud una información sexual explícita y desprovista de valores morales, con un lenguaje y una metodología que no respetan la modestia natural de los niños ni la autoridad de sus padres. A esta educación sexual le podemos llamar "educación sexual hedonista", para distinguirla de una positiva y prudente educación sexual, que los padres, en el momento oportuno, deben darle a sus hijos.

«Para las personas que respetan la vida y la familia, enseñar educación sexual significa formar los valores inherentes a la sexualidad humana, que son la transmisión de la vida y la expresión del amor conyugal y cuyo objetivo es que los jóvenes respeten dichos valores por medio de la virtud de la castidad
De ahí, aceptan como sinónimo válido de “educación sexual” a “educación para la castidad”. ¿Respecto de qué sexualidad pretenden educar, entonces? La responsabilidad se la traspasan a los padres:
«los padres deben usar un lenguaje y un modo de comunicación que respete la modestia natural de sus hijos, y que no se convierta en una ocasión más de incitación al pecado, sino que resulte en un correcto aprecio del don de la sexualidad humana y de la castidad. "En este contexto es del todo irrenunciable la educación para la castidad, como virtud que desarrolla la auténtica madurez de la persona y la hace respetar el `significado esponsal' del cuerpo."» (“esponsalicio” [6]: la capacidad de expresar el amor)
El pseudo-conflicto “padres” versus “estado” es una falacia de tercero excluido promovido por el conservadurismo pro-abstinencia. Una alternativa es “los padres en conjunto con el estado”. Pero, ¿qué tan capacitados están los padres chilenos para educar sexualmente a sus hijos? ¿Son “profesionales preparados para un rol educativo”, como exige la Conferencia Episcopal? Para variar, en Chile existen pocos estudios al respecto. Para peor, los pocos que hay [7] exponen una realidad miserable: «la mayoría de los padres no sabe nada de estos temas, salvo cómo hacer hijos». Según el estudio realizado en 2006 por la obstetra Loreto Salamanca de la Universidad de Santiago, se observa que:

  • Respecto de las enfermedades de transmisión sexual:
    • El 41% de los encuestados cree que la masturbación frecuente puede provocar ceguera.
    • El 15% piensa que el virus Hanta es una enfermedad de transmisión sexual.
    • El 82% cree que los condones protegen de infecciones urinarias.
    • El 25% está convencido de que con solo lavarse después del coito, se está protegido del SIDA.
  • Respecto del embarazo:
    • El 23% cree que una mujer que orina después de tener relaciones sexuales no quedará embarazada.
    • El 26% cree que el período menstrual y el ciclo fértil son lo mismo.
    • Más del 50% piensa que el periodo fértil de la mujer ocurre solo durante la ovulación.
  • Respecto de la comunicación con sus hijos:
    • El 45% declaró no hablar regularmente de sexualidad y reproducción con sus hijos.
    • Un 39% dijo que los niños no tenían la confianza para hablar con ellos del tema.
  • Respecto de la Píldora del Día Después:
    • El 72% se plegó a los argumentos de la derecha y afirmó que era abortiva, obviando los estudios que dicen que no lo es.
    • El 61% cree que mientras más cerca de la relación sexual se tome, más efectiva es.
    • Más del 50% cree que la píldora se puede tomar las veces que uno quiera, sin que esto traiga complicaciones. Esto es falso, ya que el desorden hormonal que provoca la píldora ─una bomba de hormonas─ es tremendo.
    • Más del 60% considera a la píldora como un método anticonceptivo que se puede utilizar periódicamente, algo que es totalmente erróneo.

Con un 60% de católicos en nuestro país (y hasta 85% sumando otras denominaciones cristianas), puede intuirse qué es lo que le falta a la prédica dominical, a los programas educativos y a los textos católicos: justamente, la “información técnica” y “evidencia”, la cual, el clero prefiere omitir antes que aceptar el que se instruya sin ajustarse a su moral. Por otra parte, parece que hay otras cosas que les podrían estar sobrando, tales como la teología y la moralina, legados vigentes de Juan Pablo II desde su Teología del Cuerpo [8]. Sería interesante cruzar el nivel de ignorancia sobre el tema con el trasfondo religioso de los encuestados. Por su parte, cabe preguntarse: ¿cómo se inclinaría la balanza para los aconfesionales?

Incluso, concediéndoles el beneficio de la duda, ¿cuál ha sido la eficacia de los programas enfocados exclusivamente en la abstinencia [9] respecto del contagio de VIH y de la prevención del embarazo no planificado? Un estudio posterior ─que no sé si a la Conferencia Episcopal le habría gustado alcanzar a referir─ es el veredicto de lo ocurrido en Estados Unidos:
«Se ha encontrado que el currículo de abstinencia exclusiva contiene información científicamente imprecisa, distorsionando datos sobre tópicos tales como la eficacia del condón, y promoviendo estereotipos de género. Una evaluación independiente del programa federal, varias revisiones sistemáticas, y datos de cohortes de encuestas basadas en población, encuentran poca evidencia de eficacia y evidencia de posible daño.» (traducción libre)
─ “Abstinence and abstinence-only education”
(Ott, MA; Santelli, JS (Oct 2007). Current opinion in obstetrics & gynecology 19 (5): 446–52. doi:10.1097/GCO.0b013e3282efdc0b. PMID 17885460)
Daño que alcanzó, incluso, a revertir al alza las tendencias a la baja que tenían en embarazo adolescente [10], medido tanto en los nacidos vivos como en los abortos. ¿Cómo andamos en el Chile de nuestros amores?

En Chile, el embarazo adolescente es una plaga social [11]. A 2009:
  • 30 mil hijos de madres adolescentes nacen cada año (13% de los nacidos y al alza). En 2010 alcanzaban el 15,6% a la baja, tras sobrepasar el 16% de 2006 a 2008 [12].
  • Las embarazadas eran expulsadas de los colegios, incluyendo católicos (discriminación, al fin, hoy prohibida).
  • El grupo con mayor fertilidad es el de las niñas de entre 12 y 19 años, con una fuerte alza en el grupo de 12 a 15 años.
  • La mayoría de las niñas embarazadas se retira de los colegios.
  • Generalmente son niñas de escasos recursos, sin protección social.
La plaga tiene su ciclo. Del punto de vista curricular, por recursos, los colegios se limitan al mínimo exigido por el Ministerio de Educación, lo cual es prácticamente nada. Además, las escuelas prefieren evitarse los problemas que se pueden ganar los sostenedores en caso de ser proactivos respecto del tema, ante los reclamos que podrían generar los “ilustrados” padres por lo que le puedan decir a sus hijos. Según se reporta en el mismo artículo:
«Por otra parte, nadie les reclamará por un embarazo, porque eso es responsabilidad de los padres. El círculo vicioso de ese razonamiento sólo perjudica a los niños.

«Pero los niños tienen acceso a internet, a Yingo. El sexo está en todos lados menos en la escuela. “El día antes”, como dice el obispo Goic, es un desastre.

«La verdad es que no quieren invertir en educación sexual. La razón es que en esto predomina, fundamentalmente, la opinión de grupos religiosos ultraconservadores, como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. Ésa es la verdad.”»
Complementando lo dicho por el obispo Goic, al desastre del día antes cabe agregar como agente causal a sus propios colegas, a la institución en la que milita, con su consiguiente influencia política, y a la doctrina que promueven e intentan imponer a toda la sociedad.

Rayando para la suma, la Iglesia promueve la ignorancia sobre la sexualidad humana, oscurantismo que fomenta tanto el truncamiento de los proyectos vitales personales como una preservación de los ciclos de pobreza, miseria, delincuencia y muerte asociados a la fecundidad prematura o no planificada y a las enfermedades de transmisión sexual.

La interpretación teológica que realizó la Madre Teresa puede resultar incómodamente amplia para los conservadores: ¿qué enfermedad podría crear Dios para ese “estilo de vida” de papas, cardenales, obispos, sacerdotes y piadosos políticos influyentes, en el que sabotean sistemáticamente la posibilidad de que nuestra juventud se realice dignamente? Tal vez ella pensaría en alguna que les haga “abrir los ojos”, que mediante un “sufrimiento” tal les haga “darse cuenta de que no está bien lo que están haciendo” y “eso les lleve a pedir perdón a Dios y al prójimo”. En la entrevista, ella conoció al menos una: el SIDA. En nuestro país, miles de adolescentes inocentes ya la padecen. A diferencia de ella, eso sí, no esperamos tortura contra tales macarras de la moral, menos todavía con la expectativa de que pidan perdón. Por dignidad humana, lo que corresponde es exigir que el estado provea una educación sexual laica basada en evidencias, tanto a adolescentes como padres, que garantice que cada persona pueda tomar las decisiones respecto de su sexualidad en forma informada, oportuna, libre y, por tanto, responsable. Lo otro, es estar dando pie para que supersticiosos promuevan sádicamente la prevalencia de una pobreza deshumanizante.

¿Por qué, Señor? ¿Por qué?

Enlaces de interés
Referencias
  1. «Interview with Mother Teresa»
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  2. «Alza de 74% en casos de VIH-Sida en adolescentes preocupa a autoridade
    La Tercera, 23 de octubre de 2015
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  3. «Fundamentos ─ ¿Qué son las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad, comúnmente llamadas "JOCAS"?»
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  4. «Acerca de la educación sexual», Comité Permanente de la Conferencia Episcopal chilena, 10/09/1996, Ref. Cech: 470/96
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  5. «La enseñanza de la iglesia católica sobre la educación sexual según familiaris consortio, 37», ACI Prensa, Escoge la Vida, número de enero-febrero de 1996, pp. 5-6, 8.
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  6. «Significado esponsal del cuerpo humano», Audiencia General del 16 de enero de 1980, Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  7. «Informe desnuda ignorancia de los padres chilenos en materia sexual: Hijo mío, la masturbación produce ceguera», The Clinic, 26 de julio de 2009.
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  8. «Teología del Cuerpo», Wikipedia
    Última visita: miércoles 16 de diciembre de 2015
  9. «Abstinence-only sex education», Wikipedia
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  10. «Following decade-long decline, U.S. teen pregnancy rate increases as both births and abortions rise», Rebecca Wind, Guttmacher Institute, 26 de enero de 2010.
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  11. «La plaga del embarazo adolescente: El Desastre del Día Antes», The Clinic, 04 de julio de 2009.
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  12. «Situación actual del embarazo adolescente en Chile», Ministerio de Salud, Gobierno de Chile, julio 2013.
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